Por Ibis Frade Brito
Nueva York, EE.UU. 24 mar (Prensa Latina) Miguel Barnet ama las grandes ciudades, también le apasiona el periodismo y las crónicas, aunque recibir uno de los lauros para ese gremio en Cuba lo tomó completamente por sorpresa.
Hace apenas una semana, el presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) ganó el Premio Especial de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro.
Desde 1999, se confiere con carácter anual ese galardón y el reconocimiento especial en esta oportunidad fue para Barnet, «en atención a su larga y fecunda vinculación con el periodismo cultural».
Según contó a Prensa Latina el autor de Biografía de un cimarrón, lo primero que escribió -cuando apenas salía de la adolescencia y egresaba de un colegio norteamericano- fue periodismo.
Barnet confesó que siempre le gustó la crónica periodística, pero ha hecho periodismo de carácter social y hasta político.
En los años 90 me dieron el Premio Nacional de Literatura y ahora llega este otro que sí me soprendió mucho, porque realmente ya no escribo todos los días, aunque sí hice mucho periodismo en mi vida y aún colaboro con varios periódicos latinoamericanos, señaló el autor de 78 años.
Pero qué cosas son mis novelas sino entrevistas, observó. Después, esas entrevistas se conforman, se hacen una composición, se sintetizan y se convierten en personajes únicos que parten de muchas voces.
«Son voces que no han sido reconocidas, digamos, por la historiografía convencional, porque yo he escrito sobre los inmigrantes, los esclavos, sobre las vedettes del teatro vernáculo…»
La emigración es un tema muy consistente y constante en mi obra, me parece que ese es uno de los problemas más duros y acuciantes de la contemporaneidad, expresó quien fuera discípulo de Fernando Ortiz.
También escribí sobre el travestismo, ahí está la película Fátima, creo que ese es otro de los grandes dramas del ser humano, añadió Barnet, que la semana pasada asistió a varios debates en la ONU.
De hecho, la Uneac está reconocida como una organización no gubernamental con estatus consultivo ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
Además, ofreció una conferencia en la Universidad de Saint John, en Queens, sobre el tema racial en Cuba, un asunto de relevancia y prioridad en la agenda política de la isla, según enfatizó el prestigioso intelectual autor de libros como Canción de Rachel y La vida real.
Esa última obra es una novela testimonio que narra los avatares de un emigrante cubano en Nueva York, ciudad que Barnet conoce muy bien y en la cual vivió unos años durante la década de 1980.
«Para qué te voy a mentir, a mi me gustan las ciudades grandes, cosmopolitas, yo no podría vivir en el campo, yo soy un hombre de ciudad, y me gusta sentirme atenazado por las corrientes de pensamiento, de comunicación, por los fuegos cruzados, para sacar luego mis conclusiones.»
Nueva York es una ciudad que siempre he amado, recalcó, porque aquí hay gente de mucha calidad y de mucha nobleza. Lo que no me gusta, por supuesto, son las administraciones de este país, pero el pueblo es otra cosa.